Y cuando una parte se rompe, el resto lo siente
- Kurt Bendfeldt
- hace 5 horas
- 2 Min. de lectura

Porque no somos solo lo que hacemos… somos lo que sentimos, pensamos, soñamos y decidimos ser.
En un mundo que nos empuja a rendir, correr y cumplir, a veces olvidamos algo esencial: no somos una sola cosa. No somos solo trabajo, ni solo cuerpo, ni solo emociones. Somos un todo que respira, cae, se levanta y sigue. Y cuando una parte se rompe, el resto lo siente.
Vivir de forma holística no es una moda ni una filosofía complicada. Es entender que tu bienestar no depende solo de cuánto produzcas, sino de cómo estás por dentro.De si dormís bien. De si lo que haces te llena.De si te hablás con amor o con dureza.De si tenés con quién llorar o con quién celebrar.De si comés bien, pero también si pensás en paz.
El equilibrio no se alcanza con un solo movimiento. Se construye todos los días, pieza por pieza.
Con tu mente: cuando entrenás tus pensamientos para enfocarte, para aprender, para confiar.
Con tu cuerpo: cuando descansás, te alimentás bien, te escuchás.
Con tu espíritu: cuando conectás con algo más grande que vos, con lo que te sostiene en silencio.
Con tus emociones: cuando aceptás lo que sentís, sin culpa.
Con tu propósito: cuando sabés que lo que hacés, tiene sentido.
¿Te caíste? Está bien.¿Te perdiste un poco? Nos pasa a todos.Pero cada día es una nueva posibilidad de alinearte, de reencontrarte, de volver a empezar.
No necesitás tener todo resuelto para avanzar. Solo necesitás querer verte como realmente sos: un ser completo, capaz, lleno de posibilidades.
Porque quien trabaja en su todo, crece completo.Y quien vive completo, vive con fuerza.
"Que el Dios de paz los santifique por completo. Y que todo su ser —espíritu, alma y cuerpo— se mantenga sin culpa hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo."— 1 Tesalonicenses 5:23
Comments