Natsukashii: Recordar sin llorar...
- Kurt Bendfeldt
- 8 abr
- 2 Min. de lectura

Hay palabras que no se pueden traducir del todo. Palabras que encierran emociones tan complejas y hermosas que solo pueden sentirse. Una de ellas es Natsukashii: una palabra japonesa que describe esa nostalgia dulce, ese recuerdo que no duele, pero que toca algo profundo dentro de ti.
No es tristeza. No es solo nostalgia. Es más bien ese momento en el que un aroma, una canción, una fotografía o un gesto pequeño te transporta —como un relámpago suave— a un lugar donde fuiste feliz. Donde el tiempo parecía perfecto. Donde alguien te miró como nadie más, donde la vida se sentía más liviana, más completa, más tú.
Natsukashii es recordar sin llorar, pero con un nudo bonito en el pecho.
Es volver a ver la casa de tu infancia, las manos de tu abuela cocinando, ese primer amor que no terminó mal, pero que simplemente fue… Es escuchar una canción en la radio y volver a ese viaje, a esa risa, a esa piel que abrazaste con todo el corazón.
En este mundo de prisas, de pantallas, de inmediatez, Natsukashii nos recuerda algo esencial: la memoria es un refugio y también una brújula. Lo que nos marcó, lo que nos hizo sentir vivos, nunca se va del todo. Se queda, escondido entre los pliegues del alma, listo para regresar en el momento más inesperado.
A veces vivimos tan ocupados por lo que viene, que olvidamos lo que fuimos. Pero Natsukashii nos toca el hombro y nos dice: "Mira eso… aún vive en ti".
Y es ahí, justo ahí, donde entendemos que no todo lo que pasa se pierde. Hay emociones que se convierten en raíces invisibles que nos sostienen sin que lo sepamos.
Así que cuando sientas ese calorcito en el corazón al recordar… no lo apartes. No corras.
Detente. Respira.
Eso que sentís… es Natsukashii. Y es tuyo.
"Acuérdate de los tiempos antiguos; considera los años de muchas generaciones. Pregunta a tu padre, y él te lo hará saber; a tus ancianos, y ellos te lo dirán." — Deuteronomio 32:7
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