El peso invisible que cargan las mujeres...
- Kurt Bendfeldt
- hace 3 días
- 2 Min. de lectura
Una mirada desde afuera, con el corazón abierto y la admiración intacta.
A lo largo de los años, he tenido el privilegio de escuchar a muchas mujeres. Madres, amigas, compañeras, líderes, escritoras, emprendedoras. Y en casi todas sus historias hay algo en común que me conmueve profundamente: la fuerza que cargan. Pero también me duele reconocer algo que muchas veces ignoramos… el cansancio que esa fuerza les deja.
Nos hemos acostumbrado —como sociedad— a aplaudir a la mujer fuerte, a la que puede con todo, a la que nunca se quiebra, a la que trabaja, cría, cuida, resuelve, sonríe y sigue. Y sí, es admirable. Pero también es injusto. Porque en ese pedestal de fortaleza, muchas veces se les niega el derecho de decir: “ya no puedo más”.
¿Cuántas veces hemos asumido que ellas pueden con todo… solo porque siempre lo han hecho?¿Cuántas veces hemos romantizado su resiliencia sin preguntarnos a qué costo?
La mujer que sostiene una casa sola. La que lucha en silencio contra la ansiedad. La que sonríe mientras el alma le tiembla. La que ama tanto que se olvida de sí misma.
Hoy, como hombre que escribe para mujeres, quiero usar estas líneas no para explicarles nada, sino para reconocerles todo. Porque ser fuerte no debería ser una condena. Y muchas veces lo es.
También quiero decirles algo que tal vez no escuchan tan seguido:Está bien si un día no pueden con todo.Está bien si se rompen.Está bien si piden ayuda.Está bien si su fuerza también necesita descanso.
Ser fuerte no es nunca caerse. Es tener el coraje de seguir, incluso cuando todo pesa.Y muchas de ustedes lo hacen sin que nadie se lo reconozca.
Esta nota no tiene intención de salvar a nadie. Pero sí de honrar.Porque hay batallas que las mujeres enfrentan en silencio…Y yo, desde este lado, solo puedo decir:Gracias. Perdón. Y aquí estoy.
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