Nos despertamos un día y todo lo que tenemos es una suma de problemas, vemos nuestro teléfono y contamos los mensajes de situaciones que nos llevan a ponernos depresivos, tristes y enojados, porque no entendemos que ha pasado en las últimas horas, todo ha cambiado.
Tomamos el vehículo y vemos nuestra llanta pinchada, vamos al trabajo y tenemos un llamado de atención, peleamos con nuestra pareja, en fin, solamente decimos lo que jamás se tiene que decir “hoy estoy salado”.
Pensamos que Dios se ha olvidado de nosotros, pero no, tenemos que confesar que, aunque no tengamos fuerzas, miles de problemas, situaciones complejas y no damos más, es el momento donde se activa nuestra búsqueda con el creador de todo y es justamente allí cuando entendemos su fuerza, energía, naturaleza.
Puesto que Él nos da la entereza para poder ver cada uno de los problemas que tenemos y enfrentarlos, ya que la inteligencia es horizontal y la sabiduría es vertical, y es así como tenemos que entenderlo.
Mi intención no es caer en mis letras religiosamente, simplemente en mi vida camino por fe y camino todos los días con Dios, y aun cuando hoy tengo problemas y aflicciones muy grandes, sé que al levantar mis manos y pedirle sabiduría y bendición, Él me la da para que mis días terminen llenos de bendición y con fuerzas suficientes para pensar en el siguiente.
Si estas pasando por tormentas con demasiado ruido, descansa en Dios. Que Él es el librador de las tormentas. ¿Dónde está Dios? para tranquilidad de todos, Él se encuentra en todos lados, pero le gusta mucho que lo busquemos y que le pidamos como nuestro Padre.
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